Pensando en ponerles tutores a las plantas, nos acordamos de este poema:
Rabbe Enckell
Tenía una flecha,
pero jamás encontré un arco para lanzarla.
Entonces cogí la flecha y la até al tallo
de una planta joven
para afirmar su delicado retoño
en dirección a la luz.
Dikter, 1923
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