lunes, 22 de julio de 2013
domingo, 7 de julio de 2013
Comer tomates desde un punto de vista científico
Se acerca la época de la cosecha de los tomates, si plantaste
las semillas de nuestro kit cocina
aún estarán las tomateras creciendo y saliendo ya las flores amarillas de las
que brotarán los tomates, conozcamos mientras vamos haciendo boca algunas de
sus maravillosas propiedades:
El licopeno,
la sustancia que le da el color rojo brillante al tomate, tiene propiedades
antioxidantes que son vitales para una buena salud. Según un informe de
profesores de la Universidad de Adelaida, en Australia, si se ingieren más de
25 miligramos de licopeno diariamente se puede reducir los niveles de
colesterol malo en un 10%.
Además, el informe asegura que para que el cuerpo absorba
mejor el licopeno es preferible tomar los tomates cocinados o triturados en
lugar de frescos. Por ejemplo, el tomate triturado que acompaña a un plato de
pasta es suficiente para reducir el riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares, ataques al corazón o infartos. Diariamente, eso sí.
Según los autores, el efecto «sería comparable a tomar dosis bajas del
medicamento que tradicionalmente se prescribe a las personas con el colesterol
ligeramente alto, pero con sin los efectos negativos de estos fármacos, como el
dolor muscular, debilidad o daño en los nervios».
Y otro estudio relacionado con el licopeno del tomate, esta
vez desde la universidad de Kuopio, al este de Finlandia, un grupo de investigadores
de la misma realizó un estudio en el que analizaron los niveles de licopeno en
sangre al inicio del mismo a más de 1.000 personas en Finlandia, con edades
entre los 46 y 65 años. Los participantes fueron seguidos durante un promedio
de 12 años. Durante ese tiempo, 67 hombres tuvieron un ictus.
Los resultados del estudio muestran datos sorprendentes: las personas con los niveles más altos de licopeno tenían un 59 por ciento menos probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular que los que tenían los niveles más bajos.
No sólo el tomate contiene este valioso compuesto, también lo
contienen frutas como la sandía, la papaya, el escaramujo y la guayaba, aunque
en menor medida.
Fuente: Madrid+d noticias
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