Hoy vamos a hacer una pequeña referencia al uso de abonos
verdes como fertilizantes, totalmente ecológicos, así como su papel
en el control de hierbas, plagas y enfermedades. Además, hemos plantado
lentejas (leguminosas) y vamos a realizar este abonado en nuestro huerto de
terraza otoñal.
Esta modalidad de abono está formada por plantas
cultivadas, que, durante el periodo de floración se incorporan al suelo (mezclándolo
con la tierra), con el fin de realizar una mejora en la calidad de este. Es una
práctica antigua, y se sabe que los griegos usaban lupinos y habas como abono
verde unos 300 años antes de Cristo. De hecho, se sigue usando actualmente, y
en regiones de clima mediterráneo, la siembra de estos abonos coincide
precisamente con el otoño y las primeras lluvias, incorporando al suelo el
cultivo en primavera. Es una práctica con fundamento agronómico y ecológico, que además supone un ahorro económico
importante.
La función principal de los abonos verdes es completar la
nutrición que los cultivos en rotación reciben del suelo (tierra) a través de la
fijación de nitrógeno libre, poniendo a disposición de los cultivos nutrientes
que complementan los necesarios para la planta. Un cultivo de leguminosa
empleado como abono verde puede aportar parte de los requerimientos de
nitrógeno del cultivo siguiente. Y no
sólo es importante por su contribución a la fertilidad del suelo, sino que
también es interesante por el control de hierbas, plagas y enfermedades que
este tipo de siembra realiza.
Pueden mantener a raya las
poblaciones de malas hierbas en los cultivos. Es este, un efecto puramente químico, ya que algunas
leguminosas también tienen un efecto alelopático sobre las hierbas, debido a que dan lugar a compuestos fenólicos cuando
se descomponen al mezclarse con la tierra. Las especies de hierbas parecen ser más
susceptibles a los efectos fitotóxicos
de los compuestos alelopáticos debido al menor tamaño de sus semillas y, por tanto, a la menor acumulación de reservas propias de nutrientes. En definitiva, la siembra de estos cultivos
produce unos compuestos que hacen que las “malas hierbas” que tras germinar
tienen que extraer el alimento del suelo, se intoxiquen con esos compuestos provenientes
de las leguminosas.
Además, también la incorporación de abonos verdes contribuye a disminuir los problemas provocados por hongos del suelo y de reducir las poblaciones de nematodos e insectos nocivos que viven en el suelo. Si nuestro suelo tiene un nivel bajo de materia orgánica y queremos aumentarlo utilizando abonos verdes, deberemos sembrar cereales, mezclados o no con leguminosas, y enterrarlos justo después de floración, ya que en este momento se obtiene el máximo de masa verde con apreciable formación de celulosa y lignina susceptibles de formar humus estable
Nosotras estamos experimentando con leguminosa, en concreto
con lentejas. Os iremos colgando en Facebook las imágenes de nuestro tiestito,
así como el proceso de germinación, crecimiento, floración y mezcla para la
creación de este abono que podremos utilizar para mejorar el sustrato de
nuestros cultivos.