jueves, 10 de octubre de 2013

El abono verde

Hoy vamos a hacer una pequeña referencia al uso de abonos verdes como fertilizantes, totalmente ecológicos, así como su papel en el control de hierbas, plagas y enfermedades. Además, hemos plantado lentejas (leguminosas) y vamos a realizar este abonado en nuestro huerto de terraza otoñal.
 
Esta modalidad de abono está formada por plantas cultivadas, que, durante el periodo de floración se incorporan al suelo (mezclándolo con la tierra), con el fin de realizar una mejora en la calidad de este. Es una práctica antigua, y se sabe que los griegos usaban lupinos y habas como abono verde unos 300 años antes de Cristo. De hecho, se sigue usando actualmente, y en regiones de clima mediterráneo, la siembra de estos abonos coincide precisamente con el otoño y las primeras lluvias, incorporando al suelo el cultivo en primavera. Es una práctica con fundamento agronómico y ecológico, que además supone un ahorro económico importante.
 
La función principal de los abonos verdes es completar la nutrición que los cultivos en rotación reciben del suelo (tierra) a través de la fijación de nitrógeno libre, poniendo a disposición de los cultivos nutrientes que complementan los necesarios para la planta. Un cultivo de leguminosa empleado como abono verde puede aportar parte de los requerimientos de nitrógeno del cultivo siguiente.  Y no sólo es importante por su contribución a la fertilidad del suelo, sino que también es interesante por el control de hierbas, plagas y enfermedades que este tipo de siembra realiza.
 
Pueden mantener a raya las poblaciones de malas hierbas en los cultivos. Es este,  un efecto puramente químico, ya que algunas leguminosas también tienen un efecto alelopático sobre las hierbas,  debido a que dan lugar a compuestos fenólicos cuando se descomponen al mezclarse con la tierra.  Las especies de hierbas parecen ser más susceptibles a los efectos fitotóxicos de los compuestos alelopáticos debido al menor tamaño de sus semillas y, por tanto, a la menor acumulación de reservas propias de nutrientes.  En definitiva, la siembra de estos cultivos produce unos compuestos que hacen que las “malas hierbas” que tras germinar tienen que extraer el alimento del suelo, se intoxiquen con esos compuestos provenientes de las leguminosas.
 
Además, también la incorporación de abonos verdes contribuye a disminuir los problemas provocados por hongos del suelo y de reducir las poblaciones de nematodos e insectos nocivos que viven en el suelo. Si nuestro suelo tiene un nivel bajo de materia orgánica y queremos  aumentarlo utilizando abonos verdes, deberemos sembrar cereales, mezclados o no con leguminosas, y enterrarlos justo después de floración, ya que en este momento se obtiene el máximo de masa verde con apreciable formación de celulosa  y lignina susceptibles de formar humus estable
 
 
 
 
Nosotras estamos experimentando con leguminosa, en concreto con lentejas. Os iremos colgando en Facebook las imágenes de nuestro tiestito, así como el proceso de germinación, crecimiento, floración y mezcla para la creación de este abono que podremos utilizar para mejorar el sustrato de nuestros cultivos.

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